Importante decisión la que pretende tomar la Federación Internacional de Voleibol y que tiene que ver con el Reglamento del juego, que, por cierto, ha sido reformado recientemente y pretende tener vigencia hasta el año 2024 y que podéis visualizar así como descargar en este sitio web (link).
Según informa el portal italiano especializado en voleibol, volleyball.it, uno de los mas fiables y prestigiosos de todo el planeta voley, en la próxima Copa del Mundo Juvenil 2023, la FIVB pondrá a prueba un cambio en el reglamento del voleibol: la supresión de la recepción por toque de dedos.
En el primer toque, tras el saque del equipo adversario, sólo se permitirá la recepción con el habitual y clásico toque con la plataforma de los antebrazos (fundamento técnico), o bien haciendo uso del estilo de voley playa, toques altos con las manos junta, abiertas o con los puños.
¿Cuáles pueden ser las razones de esta elección?
Básicamente una: intentar invertir una tendencia de los últimos años.
Especialmente en el voleibol masculino, la técnica de recibir el saque con pase de dedos, ha hecho que el saque táctico flotante sea mucho menos eficaz y ha desactivado su peligrosidad.
Es decir, aquel con el balón ‘inmóvil’ en el aire, que suele causar problemas por su precisión (golpear en la zona adecuada, al jugador adecuado) más que por su potencia.
El saque dominante en la actualidad, al menos en el alto nivel y cada vez más en categorías juveniles, es el saque con efecto y potencia en salto, que ha hecho famosos a deportistas como Andrea Sartoretti, Ivan Zaytsev, Wilfredo León o Rafa Pascual entre otros.
Hoy en día es común ver un porcentaje alto de jugadores de un equipo en la cancha sacando con muchísimo riesgo mediante ese saque en potencia en salto, lo que provoca un alto número de aces y de errores también, algo que suele romper el ritmo de juego en la cancha.
Este riesgo se basa en dos puntos básicos:
1) la necesidad de “romper” la cualificada y experimentada línea de recepción del equipo rival en la que se basa la construcción de su juego ofensivo.
2) puntuar directamente o en su defecto permitir defensa cómoda.
Por ejemplo, el Gas Sales Bluenergy Piacenza, que acaba de ganar la Copa de Italia 2023, en el que sólo Edoardo Caneschi (y a veces ni siquiera él) utilizaba el saque flotante táctico. Mientras tanto, Simón, Leal, Lucarelli, Brizard y Romanò sacaban sus hombros a pasear desde la línea de 9 metros sin freno.
Suprimir la recepción con recepción de dedos, según la FIVB, podría fomentar la vuelta al saque flotado, que volvería a convertirse en un arma ofensiva considerable debido a su complejidad a la hora de recibirlo con un pase de antebrazos, desactivando, paralelamente, los efectos de la pelota con el saque en potencia.
En segundo lugar, la acción de cambio de saque, con la denominación en inglés “Side-out”, que en el voleibol masculino de alto nivel tiene tasas de éxito muy elevadas, se complicaría en general. Quizás veríamos entonces acciones más largas, en las que la proporción entre ataque y defensa estaría más equilibrada.
Esto, por supuesto, sobre el papel. No deja de ser un experimento. La dirección que tomará el deporte en la práctica es, como siempre, difícil de predecir.
Como suele pasar en estos casos, habrá opiniones para todos los gustos, defensores y detractores a partes iguales, pero lo que tengo muy claro es que la FIVB, como principal institución que rige nuestro deporte, es la que mas activa se muestra a la hora de estudiar el juego y proponer cambios en el reglamento en la búsqueda de un juego mas atractivo y espectacular.
La recepción del saque con toque de dedos favoreció a much@s jugadores/as con poco nivel en el pase de antebrazos que veían como dando un paso hacia delante podían cortar el vuelo de la pelota con los dedos y por lo tanto seguir compitiendo al más alto nivel como “receptores/as”.
