Seguimos avanzando en el desarrollo del concepto de Modelo de Juego que iniciamos con un primer post en el que os daba una serie de ideas de partida sobre una de las responsabilidades más determinantes en el trabajo de un entrenador deportivo y que se cimentará sobre un minucioso análisis de las cualidades y capacidades de todos los recursos con los que vamos a contar durante la temporada.
A modo de resúmen de ese artículo previo, este Modelo de Juego ha de suponer la identidad y personalidad competitiva del equipo y que estará definida por “lo que los jugadores pueden hacer y aportar al equipo” más que en lo que nosotros como entrenadores queremos que haga el equipo, sin dejar de lado nuestro estilo de trabajar ni la visión que tengamos del juego, por supuesto.
El diseño del Modelo de Juego estará en constante evolución por lo que requiere flexibilidad y capacidad de adaptar el proceso de entrenamiento de los jugadores en favor de las necesidades del equipo en los distintos momentos de la temporada.
En este sentido, el establecimiento de objetivos y la programación de los contenidos dentro de la planificación para lograrlos van a ser determinantes para seguir el control de la ya mencionada evolución del equipo y elaboración de los distintos planes de juego para los partidos durante la temporada.
Centrémonos en este artículo en hablar sobre la errónea idea de la DEPENDENCIA de los SISTEMAS que vamos a implementar en el modelo de juego.
Supongo que recordáis que hemos hablado en alguna ocasión, muchas creo yo, que tenemos dos formas de construir el juego de nuestro equipo, 1) jugar según l@s jugadores que ya tengamos a nuestra disposición y 2) buscar jugadores que nos permitan jugar a lo que nosotros queremos y así, nuestro modelo seguirá siendo flexible y adaptable a posibles modificaciones.
A partir de la elección del Sistema de Juego, que tiene gran relación con el nivel del equipo y el nivel de especialización de sus deportistas (6/0, 3/3, 4/2, 6/2 y 5/1), iremos determinando el resto de detalles tácticos que permitan al equipo tener una correcta adaptación y ejecución.
Estos detalles tácticos corresponden al resto de Sistemas que acompañan al de Juego (roles y funciones específicos) y que serían, bajo mi punto de vista como entrenador de voleibol, Sistema de Saque, Sistema de Recepción, Sistema de Ataque, Sistema de Defensa (Bloqueo y segunda línea), Sistema de Cobertura o Apoyo al Propio Ataque y Sistema para Free Balls.
Es obvio que cada sistema tiene una relación muy importante con el resto, de eso no cabe duda, pero lo que no hay es una obligación táctica de utilizar un sistema u otro dependiendo del sistema de juego empleado.
El hecho de escoger y desarrollar un Sistema de Juego determinado será resultante del nivel de especialización técnica que queramos implantar en el equipo y a cada uno de l@s jugadores/as, y a través de él seguiremos estudiando que otros sistemas pueden ser los mejores para que nuestro equipo pueda competir de mejor manera durante cada momento de la temporada.
Hago aquí un inciso, remarco mucho lo de “momentos de la temporada”, es muy importante recordar la flexibilidad y adaptabilidad del “Modelo de Juego”, ya que la riqueza táctica del equipo va a ser clave para poder tener planes de juego óptimos y competitivos (estrategias para cada partido) y es obvio que el equipo ha de evolucionar, a veces tras el clásico “ensayo-error” por parte de los entrenadores.
Prosigamos. Nadie, ni siquiera el reglamento, nos fuerza a los entrenadores a escoger sistemas de juego, todo lo contrario, debemos de acercarnos al reglamento y a lo ya estudiado sobre el voleibol para adaptar las cualidades de nuestros jugadores a los distintos sistemas que ya se manejan, y dándole personalidad propia y un funcionamiento exclusivo para nuestro equipo a través de lo que nuestros jugadores puedan aportar.
Os pongo algunos ejemplos y podemos debatirlo.
Jugar un Sistema de Juego 4/2 no conlleva tener que recibir en W, no conlleva a tener que recibir con 4 en Semicírculo, no conlleva a recibir con 3 jugadores por pasillos de forma forzosa en cualquier caso.
El contar con 1 colocador siempre en zona delantera (así funciona este sistema) propone tan solo eso, tendremos 2 atacantes y 1 colocador SIEMPRE en zona delantera y 3 posibles atacantes, si no se usa líbero, en posición zaguera, NADA MÁS.
El escoger un Sistema de Juego 5/1 no nos fuerza a jugar con un sistema de defensa de posición inicial 3-2-1 y sistema final 2-0-4 ó 2-2-2.
Cuando elegimos el Sistema 5/1 es por contar con un/a jugador/a con cualidades técnicas, atléticas y liderazgo para ser el único colocador en cancha, y a partir de ahí veremos como ha de distribuirse el equipo en recepción, que sistema de ataque puede ser el mejor, como queremos defender según lo que sepamos hacer, según como sepamos movernos y según como juegue el rival, pero tener un solo colocador no implica otros sistemas también complejos.
Escoger un Sistema de Recepción de 3 jugadores por cruces (nivel muy avanzado) no tiene que ser exclusivo para un Sistema de Juego 5/1 (nivel muy avanzado), ni implica FORZOSAMENTE a Sistema de Ataque de 9 zonas en la red + posiciones zagueras, tampoco implica Sistema de Defensa de 3-2-1 a 3 bloqueos al ataque pipe rival…….
En definitiva, amig@s, lo que quiero trasladaros es que nosotros escogemos el Sistema de Juego (6/0, 3/3, 4/2, 6/2 y 5/1) que mejor pueda hacer el equipo, entendiendo de forma personal el nivel de especialización que debemos desarrollar, y eso NO NOS ESCLAVIZA a tener el mismo nivel de complejidad en cada uno del resto de sistemas.
Lo importante siempre es dotar a los jugadores de riqueza técnica y táctica en base a lo que hoy pueden hacer pensando en el mañana también por supuesto, plantear retos, objetivos, y que siempre sienta que está evolucionando y ayudando al equipo.
Los jugadores son los que hacen buenos a los sistemas y no al revés, no tratemos de jugar a algo que nos parece lo mejor, por demostrar que estamos evolucionando y que somos grandes estrategas.
Hagamos las cosas sencillas, propongamos cosas al equipo y veamos como responde para ir yendo a cosas mas complejas y que sepan afrontar situaciones donde el equipo ha de realizar modificaciones a lo inicialmente planteado a través de acumular experiencias que han sabido solventar previamente.
Un sistema no nos fuerza a hacer otro sistema, todo lo contrario, un sistema nos aconsejará que puede ser mejor para otro sistema, pero está en nuestra mano encontrar los mejores y hacerlos propios para nuestro equipo.