Cómo entrenadores de voleibol, una de las principales tareas que tenemos es la de completar la plantilla de deportistas para, al menos, una temporada y hay muchos detalles que cuidar para que esta importante labor termine siendo eficiente y tengamos garantías de poder trabajar cómodamente con est@s deportistas.
Para hablar un poco sobre esta importante misión contamos con la participación de Eugenio Sepúlveda, experto en coaching y Entrenador Nacional de Voleibol N-III, que este año, además, da el salto al voleibol de categoría nacional senior/mayores, por lo cual felicito públicamente tanto a él como al equipo ya que han tomado una decisión muy acertada al incorporar un profesional de la calidad profesional y humana, además de amplios conocimientos en voley como es mi amigo Eugenio.
Previo al comienzo del trabajo en pretemporada, aunque a veces por distintos motivos también se amplía a este período, la dirección deportiva del club en colaboración con el equipo de entrenadores del equipo, han hecho el trabajo de completar la plantilla de deportistas que integrarán el equipo de cara a la temporada venidera y cuya confección no debe de ser un simple trámite como acumular cromos sin más hasta rellenar el álbum (plantilla).
Cuando hablamos de equipos, hablamos de algo mas de lo que vemos en el partido los fines de semana, hablamos de personas, procesos de adaptación, objetivos, necesidades, etc, y todo ello termina en la RELACIÓN DIARIA entre ellos, entrenadores, directivos, afición, prensa,….
Por ello, el completar la plantilla supone un arduo proceso de estudio y valoración alrededor de las sigueintes cuestiones:
- “de dónde venimos”, “lo que tenemos”, “lo que necesitamos”, “a donde queremos ir”, “cuánto y cuando nos va a suponer”, “qué y cómo lo queremos lograr”.
Estas cuestiones son ESENCIALES de planteamiento y sin un ejercicio de reflexión ante cada una de ellas, posiblemente nos pueda provocar un cúmulo de dolores de cabeza durante la temporada ya que ni todos los jugadores, por muy buenos que sean, encajan en todos los equipos, ni todos los equipos son perfectos para acoger a todos los deportistas.
En este artículo os vamos a dar algunas pistas sobre cómo se podría trabajar para completar una plantilla con sentido y donde se busque, por encima de todo, garantizar que tanto el equipo técnico como los deportistas van a poder trabajar en armonía, comodidad y compromiso para tratar de conseguir unos objetivos, tanto individuales como colectivos.
¿De dónde venimos?
Al menos, para mí, es el primer paso a dar en el largo camino de la siguiente temporada. Valorar que ha pasado en la temporada anterior, centrados ahora en lo relacionado con los deportistas, su compromiso, su esfuerzo, su “entrenabilidad”, sus números, y todos estos detalles han de tenerse en cuenta para el año siguiente.
Acordaos de ese raro concepto, “entrenabilidad”, algo que bajo mi punto de vista está al mismo nivel o incluso por encima de la calidad del deportista a la hora de contar o no con él/ella la siguiente temporada.
Si hablamos de equipos en categorías inferiores, este aspecto servirá para saber que se tiene que mejorar con cada uno de ellos, replantearnos cuestiones como los roles o el trabajo realizado si ha dado o no resultado, y seguir el proceso.
En categorías de base no es prioritario el “mercado” o llamar jugadores de otros clubes para rellenar un equipo con piezas que no hemos podido formar por nuestra parte, a no ser que el objetivo en este período del proceso sea GANAR y para ello habría que contar con grandes talentos de otros proyectos deportivos.
¿Quién nos queda de la temporada anterior?
Dado el primer paso, el estudio y la valoración del año deportivo que se ha cerrado es el momento de saber a ciencia exacta que jugadores/as son las que nos quedan o con las que contamos para el año siguiente y qué roles y funciones queremos atribuirles a priori, para a partir de ahí buscar las piezas que nos puedan faltar.
Personalmente este paso lo suelo dar rápidamente, no dejo pasar mucho tiempo desde el anterior a este, es más, en muchos casos ya tengo claro lo que nos ha podido o querido dar un/a jugador/a el año anterior y si es óptimo seguir contando con él o ella mas.
En caso positivo, enseguida comenzamos el proceso para hacerles llegar nuestro deseo de seguir trabajando con ell@s, conocer también sus puntos de vista y perspectivas de cara a prolongar nuestra relación.
Este punto es importante, realizarlo con todos los deportistas sea cual fuere su categoría, incluyendo infantiles y cadetes aunque, obviamente, los términos de las conversaciones sean diferentes, pero conocer la opinión de l@s deportistas (feedback) es muy importante como entrenadores.
¿Qué necesitamos?. Objetivos y criterios
Ahora viene la nata del pastel, algo realmente complejo, decidir que necesitamos. En principio ya debemos de saber muchas cosas, más de lo que nos creemos, y aunque el equipo no esté hecho, tenemos en nuestras manos información que nos tiene que servir para decidir que piezas necesitamos., partiendo que ya tenemos un núcleo de jugadores/as que se han comprometido a seguir con nosotros y tenemos garantías de su compromiso, su nivel y lo que pueden aportar en todos los sentidos al equipo.
Cómo vais a poder escuchar en el vídeo que tenéis en este mismo artículo, hay unos parámetros que son claves para la composición definitiva del equipo y que van a tener que plantearse en torno a otras preguntas que os he puesto mas arriba como ¿qué queremos lograr?, ¿cómo queremos lograrlo?, ¿en cuánto tiempo podemos hacerlo?, ¿cuánto nos puede suponer?.
En cuanto a las nuevas incorporaciones, siempre vamos a tener tres opciones, no hay más. Estas tres opciones son, 1) convencer a un deportista de otro proyecto para que se venga con nosotros, 2) realizar convocatorias/pruebas para que vengan interesad@s y proponerles unos ejercicios para valorar sus distintas capacidades y habilidades y 3) buscar las piezas en otros equipos del mismo club.
La Dirección Deportiva del club tiene un papel trascendental a la hora de completar los equipos ya que necesitamos conocer los objetivos y criterios que se plantean, puesto que por mucho que nosotros tengamos nuestras propias metas y metodología trabajamos para una institución que siempre está por encima nuestra y de los deportistas.
Estos objetivos y criterios de plantilla serán clave para terminar de completar la plantilla y según estas directrices actuaremos en consecuencia.
Pero antes de describir los criterios con los que vamos a desarrollar nuestro trabajo es básico partir de una premisa, la composición de una plantilla no se trata solo de rellenar un álbum sino que de nuestras decisiones van a depender otras muchas cuestiones por lo que tengamos claro los significados de HOMOGENEIDAD, ENTRENABILIDAD y COMPROMISO.
¿Qué criterios suelen emplear los clubes?.
1) Criterio basado en los Objetivos Deportivos.
La dirección deportiva nos marcará si existen objetivos deportivos o no, es decir, si lo que se busca es GANAR un título, ascender de categoría, la permanencia, jugar unos play offs o clasificar para un determinado torneo, o por el contrario, hay objetivos deportivos mucho mas sencillos, como aprender a competir y “foguear” al equipo y l@s deportistas y/o participación sin más.
1a) Si el objetivo es exclusivamente GANAR, lo único que hay que hacer es buscar los mejores deportistas, llamarlos, seducirlos con el proyecto, convencerlos y ponerlos a trabajar al servicio del EQUIPO.
¿Esto garantiza el éxito?. No lo garantiza pero te da mas opciones para ello, no cabe duda, y este objetivo de GANAR sea cual fuere la categoría es absolutamente legal y respetable, y tan solo el criterio ético-deportivo de cada uno le dará el valor que corresponda.
1b) Cuando existe un objetivo competitivo por parte del club y que no tiene que ser exclusivamente ganar, sino que se trata de FORMAR deportistas para que posteriormente se puedan incorporar a equipos del club en categorías superiores (de infantiles a cadetes, de cadetes a juveniles, de juveniles a junior y senior/mayores) y que lo hagan compitiendo contra los mejores en torneos de relevancia pero sin necesidad de tener que persuadir a deportistas de otros clubes, ya nuestra labor es más detallista y laboriosa.
En este sentido, trataremos de localizar, dentro de todos los jugadores que integren la estructura del club para la siguiente temporada, atendiendo a la categoría de edad por supuesto, aquell@s que cumplan con ciertos requisitos físicos y técnico/tácticos que permitan al equipo desarrollar el modelo de juego que queremos o que la dirección deportiva del club entienda que es el adecuado y que compartimos.
Aunque también hay que tener en cuenta otra opción, menos habitual para clubes que cuentan con estructuras amplias y sólidas, pero importante y lógica como es, según las características de los deportistas que finalmente tengamos en el equipo (l@s que siguen del año pasado mas l@s más interesantes de l@ que nos han llegado nuev@s), sin convocatorias ni pruebas ni llamadas) desarrollar un modelo de juego adaptado y realizable para el equipo.
1c) Si no existen directrices deportivas preestablecidas pero el club está interesado en la formación y competición, el técnico tendrá algo de libertad para decidir pero sin olvidarnos de lo que os he comentado antes, seguir el principio de homogeneidad, elegir jugadores “entrenables” y diseñar modelos de juego realizables.
Esta opción es cuando menos “peligrosa” ya que al no haber unos objetivos claros por parte de la dirección deportiva, nunca sabremos realmente si estamos realizando el trabajo que esperan y el técnico suele sentir incertidumbre en torno a su desempeño y satisfacción por parte del club.
2) Criterio Social
En muchos casos, el club lo que pretende es tan solo tener una gran cantidad de deportistas y lo “resultadista” no les interesa.
Este caso es el más sencillo para el entrenador, ya que no serán muchos los esfuerzos “mentales” que tendrá que hacer para completar el equipo, puesto que tan solo se limitará a ofrecer roles y funciones a l@s jugadores que le lleguen para ponerse a su disposición.
Aunque no lo creáis esta opción es más que real en España, y se da en clubes que sirven de financiación para los “dueños o directivos” que lo crearon a fin de obtener unos ingresos, o también, en clubes con equipos en categorías senior/mayores y que ve en las divisiones inferiores una buena opción para completar parte del presupuesto del primer equipo y no les interesa el aspecto formativo y mucho menos su competitividad, por lo que cada año saldrán a participar sin más en las competiciones que estimen oportunas o aquellas que les exija la federación por tener equipo en categoría nacional.
3) Criterio Institucional Extraescolar
Esta opción es la que siguen muchos, no todos, los clubes que se integran dentro de la propuesta extraescolar de los centros educativos.
Me refiero a los equipos que forman parte de esa oferta de actividades que proponen los centros educativos a sus alumnos dentro de la cual está el voleibol, y que en muchos de los casos es puramente lúdico.
El principal escollo para los técnicos es que quieren competir y se topan con la dirección deportiva del club/centro educativo, que lo único que quiere es que l@s alumnos que deseen practicar voleibol lo hagan en su centro en las horas propuestas, pocas, y l@s que quieran un voleibol más exigente y de rendimiento busquen otro proyecto, uno centrado en el voleibol formativo y de competición.
En estos equipos, tened claro que vuestra misión, repito, en muchos casos, no en todos, será la de “custodia” o monitor, dando lecciones sencillas de voleibol para l@ deportistas que quieran divertirse y/o conocer el voleibol pero sin el estrés que supone competir en cuanto a horas de práctica, esfuerzos, prioridades y alejarse de otras actividades.
Para terminar quisiera daros algunos consejos o al menos comentaros como he tratado de hacerlo yo casi siempre que he podido, y si os puede servir como referencia además de poder compartirlo conmigo:
1) Conocer todos los detalles del equipo de la temporada anterior. Me gusta saber como trabajaron, planificación, distribución de las sesiones de entrenamiento durante la semana, distribución de la sesión de entrenamiento, problemas que ocurrieron, consecución o no de los objetivos y valoración final por parte del club del trabajo realizado por los técnicos.
2) Hablar con l@s deportistas que siguen de la temporada anterior y obtener de ellos el feedback y las perspectivas que tienen para la próxima, además de hacerles llegar mi planteamiento inicial y las necesidades que podríamos tener.
3) Conocer todos los detalles que rodean al club, miembros que lo integran, departamentos, filosofía, objetivos y criterios.
Antes os o he comentado, por muchos objetivos, experiencia y conocimientos que tengamos, siempre nos debemos a una entidad que nos ha de marcar las pautas del trabajo a desarrollar y esto es esenciar entender y respetar.
Y también es importante compartir con el club nuestra visión, que podemos aportarle al club y como queremos hacerlo para recibir el visto bueno o los matices necesarios por parte de nuestro club para que posteriormente haya la menor cantidad de malentendidos.
4) Una vez cumplidos los 3 primeros pasos y llega el momento de hacer el equipo, me dedico a decidir en tornos a 2 cuestiones básicas y que aquí os he descrito ya:
- Según el modelo de juego que quiera hacer buscaré los jugadores para ello (esto me lo va a marcar el club dentro de su filosofía, presupuesto, objetivos y criterio) ó, según lo que tenga disponible finalmente (lo que nos quede del año anterior, deportistas de categorías inferiores y deportistas que lleguen al club nuevos por distintas razones) así diseñaré mi modelo de juego.
- En cuanto a establecer objetivos, siempre me he supeditado a lo que el club me transmita, aunque obviamente tengo los míos propios para con el equipo y con respecto a mi propio desempeño profesional.
Lo habitual es que una vez conozca 100% la composición del equipo y del resto de plantillas elabore objetivos generales y posteriormente, con mi planificación y programación, plantee objetivos parciales.
5) La plantilla ha de ser equilibrada y homogénea. Con esto quiero deciros que la plantilla tiene que tener sentido, contar con todos los roles que queramos tener en el modelo de juego cubiertos (no tener 5 centrales y 1 opuesto, ó 1 colocador y 5 receptores,….) pero sobre todo, y en categorías inferiores más, que el umbral de calidad sea lo más pequeño posible.
Es decir, que la diferencia entre el jugador/los jugadores con más nivel y el jugador/los jugadores con menos nivel sea lo más pequeña posible a fin de evitarnos problemas, especialmente con los padres.
Ya sabéis que uno de los principales aspectos que debemos saber gestionar bien en categorías inferiores son los padres y madres de los deportistas que en muchos casos, por no conocer como es el voley, los objetivos, pero sobre todo, por no saber nuestros criterios y metodología se van a venir quejar cuando sus hijos no jueguen.
Somos responsables junto con el club de la plantilla y para evitar problemas de este tipo durante el año es esencial no mezclar jugadores de niveles realmente distintos, es decir, no tener en la misma plantilla, siempre que lo podamos hacer, jugadores de buen nivel con jugadores de iniciación.
Y además de evitar esos “choques dialécticos” con los familiares de los deportistas, sobre todo centrándonos en los jugadores, evitar esto de contar con distintos niveles de juego dentro del equipo, y tratar de encontrar el equipo adecuado por su nivel, independientemente de la edad (sin excedernos tampoco en esa diferencia de edad) que permita la evolución adecuada de cada uno de los deportistas.
6) Y por último, aunque para mi es lo esencial, contar en mi plantilla con deportistas ENTRENABLES o COACHABLES, como dirían en inglés.
Me refiero a contar con jugadores de calidad, sin duda, pero jugadores que quieran ser entrenables, que tengan un nivel de aceptabilidad del entrenamiento, la supervisión, la corrección, el compromiso para con el equipo, aceptar roles y funciones, que el objetivo colectivo esté siempre por encima del personal,,,,,,, por muy bueno que sea el deportista si no nos aporta esto que os acabo de decir, acabaremos teniendo problemas dentro del seno del equipo que nos dificultarán el trabajo diario.
No es tan importante tener plantillas amplias con muchos jugadores llenos de calidad y experiencia, es mucho más productivo y útil contar con jugadores comprometidos, tolerantes, entrenables, con un amplio sentido del colectivo, y a la larga, durante la temporada, lo agradeceremos.