La importancia de priorizar la atención del jugador en la tarea
Saludos, mis querid@s amig@s voley adict@s. Hablemos de un aspecto que me parece, y espero que a ti también, muy importante a la hora de la propuesta de cada tarea en la sesión de entrenamiento y que va a ser clave para que el deportista cumpla con el objetivo que lleve marcado por parte del staff técnico,
Efectivamente, cuando desarrollamos nuestra sesión, programamos una serie de tareas en torno a un Eje Principal y cada tarea puede tener uno o varios objetivos que deben de perseguir l@s jugadores/as del equipo para completar un entrenamiento efectivo y productivo.
Por ejemplo, en una sesión de trabajo para la mejora del Complejo 1 en las Rotaciones 3 y 6, me gusta tener el siguiente esquema de diseño.
1. Parte Principal. 2 Tareas, 1 para cada Rotación y con alguna subtarea (saque dirigido a una zona en particular, alguna salida en ataque, saque + free ball, con marcador….)
2. Parte Complementaria. 2 Tareas donde el saque y la recepción, en especial con las ubicaciones que las receptoras/líberos van a tener en la pista para fortalecer la comunicación y la relación entre dichos jugadores, y con alguna subtarea técnico/táctica en especial.
3. Trabajo de Saque. Nunca dejo el saque para cerrar la sesión, sino que la meto en una parte de la misma en la que el deportista sienta que tiene sentido el trabajo del saque y yo pueda poner objetivos claros y los cumpla como velocidad de ejecución, dirección, ,,,
Es obvio que cada entrenador va a tener su personal forma de diseñar su sesión y la estructura puede ser absolutamente diferente, dependiendo de variables tan importantes como el tiempo de pista, número de jugadores, momento de la semana y de la temporada, material disponible,,,, etc,.
Centrémonos en “Los Objetivos” de la Tarea, no de la sesión, sino de cada tarea en particular. Como siempre os digo, todo este “rollo” está basado en mi perspectiva como entrenador que puede o no coincidir con la del lector y es mi intención la de compartirlo con tod@s vosotr@s y tener constancia de cuantas aristas tiene nuestro complejo trabajo con deportistas y equipos y la gestión que tenemos que hacer de ellas.
Para cada tarea dentro de la estructura del entrenamiento utilizo distintos criterios para establecer los objetivos a conseguir:
1. Criterios competitivos.
2. Criterios tácticos.
3. Criterios Técnicos.
4. Otros. Físicos, cognitivos, ….
Bien, pero esto no es suficiente para el control de la progresión individual del deportista y de la forma de jugar del equipo, sino que necesitamos algo más para estar satisfechos con su rendimiento y evolución, y que él/ella mism@ sea consciente de que van/vamos por el camino correcto.
Independientemente del criterio que establezcamos para el objetivo de la tarea, cuando le pedimos al deportista que se centre en algo a la hora de participar dentro de ese ejercicio, nos solemos quedar muy escasos en la información mostrada, distribución de responsabilidades y criterios de focalización.
¿Qué significa este chorizo?. Es muy corriente que el deportista, bien por carencia de información útil ó bien por estar pensando en ver la “Isla de las Tentaciones” esa noche, trabaje “el todo” sin saber que función tiene en el engranaje de la tarea.
En el ejemplo anterior, si queremos trabajar el K1 en Rotaciones 3 y 6, podemos decirle a los sacadores que saquen cruzado (de P5 a P5), con un nivel de riesgo X evitando al máximo el fallo para favorecer toda la acción; al colocador/a le podemos pedir que juegue balones rápidos a P4 y primeros tiempos por detrás; etc.
Ahora que os he introducido el concepto de focalización vamos a desarrollarlo y ver como podemos aplicar los dos tipos que tenemos.
Esa focalización del deportista es básicamente que se centre exclusivamente en cómo hacerlo (individual) ó conciencia de ser parte de un trabajo colectivo (1,2,3… X jugadores/acciones).
La focalización individual del propio jugador, también llamado FOCO INTERNO, es básicamente la mecánica del gesto técnico, como reproducir correctamente la secuencia de movimientos corporales para ejecutar las acciones principales: saque, recepción, colocación, ataque y bloqueo.
En esencia nos referimos al CÓMO el deportista ha de hacer algo, en este caso un/unos movimiento/s precisos, teniendo prioridad máxima sobre todo lo demás, sus consecuencias.
Un ejemplo sencillo, el Saque. Si estamos trabajando el saque de arriba (tenis) con un deportista, en niveles de iniciación no nos interesa tanto que el balón pase por encima de la red sino que ponemos el foco en como ha de trabajar los movimientos para que eso ocurra. Efectivamente, es un trabajo absolutamente analítico.
Otro ejemplo es cuando queremos trabajar la recepción mediante pase de antebrazos; tod@s los entrenadores/as tenemos muy claro que no podemos dejar escapar la oportunidad en edades tempranas de pulir cada detalle que contiene este fundamento: lectura de la pelota, el componer una plataforma correcta (solidez y estabilidad), movimiento por encima de desplazamiento, ponernos detrás del balón, utilizar recepción dentro y fuera del cuerpo…..
Si lo tenemos claro, ¿qué es mas importante en una tarea donde queremos que se pula la técnica, que el balón vaya perfecto a la zona del colocador (objetivo táctico) o que el deportista visualice mentalmente y ejecute los pasos que le hemos dado a seguir para que reciba correctamente (cómo)?.
Para mí, el Cómo es prioridad en la mejora individual, y es que hay veces que lograr una buena recepción es mas fruto de la casualidad que del buen hacer del deportista.
Y frente al FOCO INTERNO nos encontramos el FOCO EXTERNO, que nos habla de la prioridad en ejecutar una acción para que produzca un efecto de continuidad con otra, o lo que es lo mismo, no importan tanto el como sino que el balón siga su recorrido/camino para que pase algo después (resultado).
Un buen ejemplo para esto es el trabajo de continuidad en los entrenamientos, donde el entrenador pide a sus deportistas que mantengan la pelota en el aire, evitando los errores, por lo que el foco de cada jugador/a está mas en el resultado de lo que hacen que en cómo lo hacen.
A nivel metodológico, tenemos claro que para aprender a jugar a voleibol hay que jugar voleibol, es decir, que sea el aprendizaje activo y dinámico el que vaya “forzando” y motivando al deportista a buscar las mejores decisiones mecánicas para adaptarlas al deporte en cuestión que practican. No hay duda.
Pero también soy de la idea que tenemos que detenernos y participar de este aprendizaje con ellos y nuestra intervención mediante la focalización interna y centrarnos en la perfección de la mecánica (movimientos)
