Al grito de ¿Fueraaaa?. ¿Quién lo asume?
Saludos, mis querid@s amig@s voley adict@s. Hoy os traigo uno de esos detallitos que pareciendo de menor trascendencia, tácticamente, al menos para mí, suponen un salto de calidad en el orden y organización del equipo.
Ya sabréis que no todos los ataques desde el lado contrario de la pista suponen un considerable riesgo para nuestro sistema defensivo, y en el caso de los menos, “hipotéticamente”, agresivos tendremos que tomar ciertas medidas para poder controlarlo en segunda línea y comenzar con el despliegue de nuestro sistema ofensivo.
Me refiero a esos ataques que sin llegar a transformarse en free balls, no aparentan ser peligrosos debido a un mal balón colocado, ya sea por parte del colocador, líbero u otro jugador realizando el segundo toque, y que provocan un ataque ciertamente alejado de la red y/ó de la posición ideal de ataque muy posiblemente con mucha mas control que riesgo.
A lo largo de toda mi vida en el voleibol he visto que ante esta situación, los diferentes técnicos con los que he trabajado o compartido debates sobre este punto, han tomado diferentes decisiones, todas ellas con sus argumentos perfectamente desarrollados y con rigor táctico fundamentado, por supuesto y os expongo sus opiniones:
1. El/La Central. Hay técnicos que delegan en sus jugadores/as centrales en bloqueo la decisión final de retirar el bloqueo cuando consideren que el balón colocado y/ó la situación del/la atacante no supone grave problema para su equipo y abandonan esa primera línea para permitir que sea la defensa en segunda línea quién desactive ese “asequible” ataque mientras se despliega el sistema de ataque.
La explicación se basa en que es el bloqueador central quién tiene la mejor visión desde su posición para ver que ocurre con ese segundo toque y/ó posterior ubicación del/la atacante, intuyendo que el riesgo es mínimo y es preferible controlarlo atrás.
2. L@s bloqueadores de esquina. Hay técnicos que designan a sus bloqueadores en posiciones 2 y 4 como responsables de retirar el bloque ante estas situaciones poco significativas en cuanto a las posibilidades reales de puntuar en ataque por parte del equipo rival.
En este caso, se considera que para esos balones defectuosos en las esquinas contrarias, son l@s jugadores/as en Posición 4 si el ataque debiera ser en 1/2 y de Posición 2 si el ataque pudiera venir desde 4, son l@s ideales para decidir el retiro del bloqueo al ser l@s más cercanos al atacante rival y entender que es mejor no bloquear que saltar a un atacante en “clara” situación de poco peligro.
En principio, era la opción que utilicé como entrenador, pensando que el aviso desde las esquinas es más eficaz teniendo algo más de tiempo para valorar el pase sobre las esquinas.
3. El/La Líbero. Y finalmente llegamos a la situación que, para mí, representa la mejor opción táctica a la hora de valorar y decidir el retiro del bloqueo ante ataques que no parecen no presentar un alto riesgo.
Si bien centrales, esquinas y líberos con experiencia pueden tener llegar a tener una misma idea sobre la activación de este despliegue, hay 3 aspectos que terminan por convencerme sobre la conveniencia de delegar en l@s líberos esta prioridad.
- Liderazgo total en la defensa. Cuando repartimos roles y funciones tenemos claro que si contamos con líbero debe ser con todas las consecuencias, y no solamente la técnica ha de ser importante, sino la personalidad y la capacidad de asumir jerarquía dentro del equipo, siendo líderes totales en la segunda línea defensiva del equipo.
- Mejora de la comunicación de atrás hacia delante. La indicación de no saltar a bloquear debe ser principalmente auditiva, es decir, usando la voz, y en el caso de l@s jugadores/as delanter@s, el aviso va a llegar mejor al otro lado de la cancha que a l@s jugadores/as que están detrás.
Por este motivo, también, estoy seguro que es más cómodo que se avise desde la segunda línea hacia la primera ese retiro desde la línea de bloqueo. - Control del balón en segunda línea. Si el objetivo es defender ese balón, cedamos la responsabilidad a los jugadores de segunda línea, y colaboremos en el despliegue de los delanteros para que apoyen en esa labor mientras se preparan también para participar en el sistema de ataque.
Cómo siempre os digo, esta es mi particular visión y no tiene que ser incompatible con la vuestra, lo importante es tener claro lo que queremos hacer, estudiarlo y entrenar, entrenar y entrenar al máximo para que las ideas sobre un papel se plasmen en la cancha.
Agradeceré todas vuestras opiniones sobre el tema de este artículo o sobre cualquier otro aspecto relacionado con el mundo del entrenamiento de voleibol y no olvidéis que juntos hacemos una comunidad espectacular.
